A estas alturas probablemente muchos conozcáis Cleverbot. Es, ni más ni menos, un robot conversacional que podemos utilizar todos desde nuestro PC o nuestro móvil, y mantener interesantes conversaciones con una máquina. En definitiva, Cleverbot es un estupendo ejemplo de inteligencia artificial.
Si nunca lo habéis probado os invito a ello. Basta con que accedáis a su página Web y os pongáis a chatear con él mediante el cuadro de texto que tenéis en el medio de la pantalla. En principio deberéis hacerlo en inglés, aunque sé que existe un modo por el cual podemos mantener una conversación con esta inteligencia artificial en español.
Claro está, detrás de esta interfaz tan sencilla de usar (porque hay pocas cosas más amigables para el usuario que una simple conversación por chat como la que podría mantener con su mejor amigo) hay una tecnología muy compleja y de aprendizaje automático. Cleverbot mejora por sí mismo con cada conversación que mantiene con un humano (y mantiene muchas, incluso simultáneamente).
Lo que mantiene, en la práctica, es una enorme base de datos que ha ido construyendo a partir de las respuestas que han ido dándole sus usuarios. En el momento en el que nosotros le digamos algo, Cleverbot buscará en su base de datos las potenciales respuestas a esa frase, y elegirá la que considere más idónea. El mecanismo la verdad es que es razonablemente simple.
Cleverbot es uno de los bots que ha obtenido calificaciones más altas en los llamados tests de Turing, en los que se prueba la habilidad de una máquina de imitar el pensamiento humano, aunque únicamente evaluando su capacidad conversacional. No obstante ser capaz de mantener una conversación (o de responder de una manera que parezca inteligente) no es indicador de inteligencia artificial: es indicador de que es un bot que conoce muchos trucos.
Podéis utilizar Cleverbot mediante su aplicación Web, únicamente con cualquier navegador, o también mediante sus aplicaciones para iOS, Android y Windows Phone. La verdad es que sirve para pasar un rato entretenido. Eso sí, los niños no deben utilizarlo por sí solos, dado que la inteligencia artificial a estas alturas sabe sobre muchos temas.